El acceso a la vivienda es una prioridad absoluta para los refugiados y migrantes en destino y en tránsito. Las barreras sociales y físicas han provocado un aumento espectacular de las personas en situación de calle, que se enfrentan a desahucios, viven hacinadas o en viviendas inadecuadas y tienen que trasladarse a zonas periféricas o asentamientos informales.

Además, numerosos migrantes y refugiados sufren una doble o triple afectación debido a la creciente inseguridad, la violencia y las consecuencias del cambio climático en sus países de acogida. Aproximadamente el 73% de los refugiados y migrantes en destino viven en viviendas alquiladas, llegando a cerca del 90% en Argentina, Ecuador y Panamá. Se enfrentan a grandes obstáculos, como los elevados costes de alquiler, las limitaciones financieras, las dificultades para acceder a subsidios de vivienda y los estrictos requisitos para alquilar, como tener un estatus regular, demostrar ingresos o conseguir un avalista. Estas dificultades suelen conducir a unas condiciones de vida precarias. En 2024, alrededor del 20% de los hogares declararon estar en riesgo de desahucio o haber sido desahuciados (véase infografía). Estas condiciones exponen a los refugiados y migrantes a una situación de pronunciada vulnerabilidad, agravada por los contratos de alquiler informales, la discriminación, la xenofobia y la falta de información sobre el mercado de alquiler. Esto se cruza con otras vulnerabilidades que pueden agravar su situación. En Brasil, los migrantes y refugiados indígenas tienen cinco veces más probabilidades de sufrir un desahucio que el total de la población refugiada y migrante encuestada. Más de una cuarta parte de los hogares encuestados vivían en condiciones de hacinamiento, lo que contrasta con el porcentaje inferior de las poblaciones nacionales. Por ejemplo, en Chile, el 32% de los migrantes y refugiados venezolanos se encontraban en esta situación, frente a aproximadamente el 3% de la población nacional.

El acceso a un alojamiento temporal seguro y adecuado es un reto importante para los refugiados y migrantes en tránsito. Muchos de los encuestados en tránsito declararon haber tenido que dormir en la calle o en espacios públicos, exponiéndose a la violencia de género, los robos y los riesgos para la salud, en particular las personas LGBTQI+ y las personas con discapacidad. Los alojamientos colectivos temporales no siempre pueden satisfacer la demanda, como en Chile, donde el cierre de alojamientos colectivos ha provocado una escasez crítica de alojamientos de emergencia. El número limitado, las capacidades o las infraestructuras inadecuadas también complican la disponibilidad y la seguridad general. La situación de los alojamientos colectivos de emergencia se ve agravada por las necesidades de alojamiento de las personas en tránsito, incluso de otras nacionalidades.

Las condiciones de vida también se ven afectadas por la falta de acceso a artículos domésticos esenciales para refugiados y migrantes, como artículos de cocina y para dormir. Esto repercute en el desempeño de sus tareas cotidianas tanto en tránsito como en destino. En promedio, 49% de los migrantes y refugiados en la región reportaron no tener acceso a estos artículos, llegando a 90% en el caso de Ecuador.

El Sector de Alojamiento, que refleja la segunda mayor necesidad entre los refugiados y migrantes en América Latina y el Caribe, dará prioridad a cuatro áreas clave de intervención para ayudar a los migrantes y refugiados mientras están en tránsito y al llegar a su destino, así como a los miembros afectados de la comunidad de acogida, con: 

1. Acceso a soluciones individuales de alojamiento, como ayuda para el alquiler a corto y largo plazo y alojamiento en pensiones, hoteles y alojamientos colectivos y ayuda para el alquiler. 

2. Mejorar los alojamientos colectivos temporales:  Los socios se centrarán en mejorar la infraestructura y apoyar la gestión de los alojamientos colectivos.

3. Mejora de las infraestructuras comunitarias, como el acondicionamiento de espacios públicos, por ejemplo, escaleras, parques, comedores públicos y plazas públicas. Intervenciones basadas en áreas, que se centran en asentamientos específicos y adoptan enfoques centrados en la comunidad. 

4. Aumentar el acceso a artículos domésticos esenciales: La respuesta incluirá la distribución de artículos domésticos esenciales, como artículos de cocina y para dormir, para apoyar las tareas diarias de los refugiados y migrantes tanto en el lugar de destino como durante el tránsito. 

La respuesta en materia de alojamientos hace hincapié en proporcionar orientación técnica a las autoridades nacionales, las instituciones públicas y las organizaciones de la sociedad civil sobre la creación de estrategias de alojamientos de emergencia y la mejora de las normas mínimas en infraestructura y gestión de alojamientos colectivos. Esta respuesta también se centra en colaborar con las autoridades locales para incluir a los refugiados y migrantes en las políticas públicas.